Fisiología de la conformidad

Los organismos vivos están formados por células. Un ser humano tiene mil billones de células. Mil billones. ¿Pueden creer que a veces no tengamos ni veinticinco centavos para el teléfono de la esquina?

La vida es una suma de puntos suspensivos.

¿Qué nos define como personas? ¿Esa sustancia química que llamamos ADN? ¿Nuestros cromosomas? Un mosquito tiene seis cromosomas en cada célula somática; una col, dieciocho; el maíz, veinte; el girasol, treinta y cuatro; el gato, treinta y ocho; la papa, cuarenta y seis; el perro, setenta y ocho; un pececito dorado, noventa y cuatro. Los seres humanos tenemos cuarenta y seis cromosomas. Quiere decir que tenemos el mismo número que una papa. Fuimos seres humanos como pudimos haber sido papas. Tenemos más cromosomas que un mosquito y que una col, aunque menos que un perro y que un pececito dorado. ¿Los cromosomas nos definen como personas? ¿El gen egoísta es el hombre de la bolsa con que nos asustaban de niños? ¿Será el mapa genético ese famoso momento en que el pasado se derrumba en el futuro? ¿La cultura determina la naturaleza, o la naturaleza determina la cultura? ¿Está bien usada la palabra “determinar”? ¿Existe una cultura y una naturaleza, así, absolutas, cerradas, redondas, como existen las bolas de billar o las pelotas de ping pong? ¿Podemos chocar los conceptos de cultura y de naturaleza como si fuesen bolas de billar, los podemos hacer rebotar como si fuesen pelotas de ping pong? ¿Qué sonido hacen al chocar?

Ping, naturaleza, pong, cultura…

Ping, naturaleza, pong, cultura…

Ping, naturaleza, pong, cultura…

Ping, naturaleza, pong, cultura…

Ping, naturaleza, pong, cultura…

¿Qué nos define como personas? Quizás no nos define lo que somos o no somos. Ni lo que creemos ser o no ser; ni lo que parecemos o no parecemos. Quizás lo que nos define es aquello que tenemos. Somos lo que tenemos y tenemos lo que somos. Qué marca de zapatillas, qué trabajo, qué estudios, qué adicciones, qué color de cabello, qué salario, qué amigos, qué conexión a Internet, qué televisor, DVD, auto, pantalones, departamento, pastillas, discos compactos, alimentación, orientación sexual, política, económica, matasellos en el pasaporte e intereses gastronómicos a la hora de pedir la carta en el restaurante étnico. ¿Nacional o importado? ¿McDonald’s o Burger King? ¿Coca o Pepsi o los mil substitutos de economías subdesarrolladas? ¿Es usted un hombre Marlboro? ¿Una chica Cosmo? ¿Es propietario o alquila? ¿Dona dinero a organizaciones no gubernamentales que hacen caridad en el Tercer Mundo? ¿Cómo paga? ¿Cómo compra? ¿Cómo vende? ¿Mastercard, Cabal, Diners, American Express, Argencard, Carta Franca, Visa, Visa Plus, Visa Electrón? ¿Tiene perfil de Facebook, cuenta en Twitter, inquietudes orientalistas, responsabilidad ecológica, iPod, hidrolavadora, alguicida líquido, papel higiénico doble hoja, entrenador personal, psicoanalista, profesor de yoga, microondas con sistema de cocción inteligente, circuito cerrado de televisión, asiento para inodoro de plástico inyectado, control remoto universal, un kilo de langostinos crudos pelados en su heladera de cuatro puertas? Somos lo que tenemos y tenemos lo que somos.

¿Somos lo que tenemos?

Quizás somos lo que no tenemos. Quizás aquello que nos define son los cromosomas faltantes. Por treinta y dos cromosomas perdimos la nobleza del perro; por cuarenta y ocho cromosomas perdimos la gracia de los pececitos dorados. Por regatear y andar con rodeos obtuvimos el status de papas y acá estamos, semienterrados, prestos a freírnos o hacernos puré en la próxima gran hecatombe generacional. ¿Qué nos define? Aquello que necesitamos. Es sencillo darse cuenta al oler la goma quemada de los vagones del subterráneo metropolitano. Antaño los cospeles eran plateados y siempre suponían una posibilidad cuando volaban por el aire: cara o ceca.

Cara: “Un viaje en subte”.

Ceca: “Transportes de Buenos Aires”.

El subtepass terminó con la posibilidad. De un lado está la nada, el blanco en el que quedará constancia del trayecto realizado, y del otro lado están las publicidades que funcionan como un todo. ¿Qué nos define como personas? ¿Qué nos falta? El subtepass nos enseña que no tenemos las nuevas tarjetas prepagas de telefonía Metrotel Total; que no tenemos Cablevisión; que no tenemos un billete de Mi Bingo; ni jarabe para la tos Bronquisedan; ni comprimidos efervescentes Bio-Grip; ni suplemento dietario Vita-C; ni las cuponeras para los cines Hoyts; ni la mejor cobertura médica del país; ni Prestobarba Ultragrip; ni Monedero virtual; ni un combo italiano de Burger King. Que no tenemos Subtecard, y que con Subtecard tenemos siempre más beneficios, tenemos descuentos en tarifas, restaurantes, entradas al cine y muchas otras cosas. ¿Qué está esperando?

Solicítela al 0800-SUBTE-PASS.

Marcelo Pisarro Written by: